miércoles, 19 de noviembre de 2008

PERSONAL FEST 2008

Para todos los paladares

Entre los artistas internacionales la tarde-noche comenzó con el show psicodélico de The Mars Volta, los latinonorteamericanos dieron un compacto show de alrededor de cincuenta minutos donde no faltaron temas de sus tres discos.
Los ex At The Drive In brindaron un lisérgico vuelo donde nadie puede negar que dejaron todo encima del escenario. Con una banda muy eficaz, Omar Rodríguez se convierte en un guitarrista único en la actualidad, Zedric Zabala es un songwriter desacatado, un Robert Plant en el cuerpo de Iggy Pop. Dentro de un ambiente donde todo es muy cuidado, rozando lo previsible, lo de estos delirantes sigue siendo de lo mas atrayente menos por su propuesta musical que por su impredecibilidad.
Minutos antes de las veinte horas y en el escenario principal, el preparado para Michael Stipe, subió a escena Bloc Party, los ingleses que sorprendieron con su álbum debut, “ Silent Alarm”, uno de los discos del año 2005.
Kele Okereke es un líder musical a la altura de las circunstancias, la banda carga con un estigma: sus discos la convirtieron en un producto condenado a perdurar mientras que la moda los agrupa con bandas mucho menos inspiradas y sin esa fuerza atrayente. Eran todo una incógnita en el vivo y su espectáculo fue completo, de lo mejor de la inolvidable noche de comienzo de noviembre, sus laberintos eléctricos, melódicos, rítmicos y sensitivos hicieron bailar a un publico nada homogéneo cronológicamente hablando pero en el que se destacaba un importante grupo de fervientes fans adolescentes, para ver que no debemos caer en el lugar común de “la juventud solo escucha y mira casi ángeles”.
Con un playlist que si bien privilegió su ultimo gran disco “Intimacy”, ese que vió la luz a través de la net, no faltó casi ninguno de los hits de sus dos anterior discos. Poco mas de cincuenta minutos alcanzaron, no sobraron para nada, para dar lo que su publico esperaba, un rock cercano a la pista de baile, un disco pop lejos del mainstream pero muy cerca de lo mejor que se vio en este año.
Antes de REM, el plato fuerte de la noche, faltaba Kaiser Chief, entre el publico presente había muchos expectantes del quinteto. Con sus grandes y pomposos estribillos como carta de presentación, Ricky Wilson y los suyos dejaron una grata impresión sobre el escenario, más allá de cierta demagogia desplegada pero que no es menor que la que dan algunos grupos internacionales para ganarse a “determinado publico”. Un show empalagosamente efectivo, nada de emociones complejas y profundas, lo de los Chiefs es entretenimiento y canción pop. No van a revolucionar el mundo, siquiera la música, pero lo hacen mas agradable y placentero.
Catorce discos de estudio, desde marzo de 2007 en el Rock and Rock Hall of Fame, “Losing my Religión”, “Man of The Moon”, “Everybody hurts”, “The one I love” como clásicos instantáneos en el mundo entero, el álbum “Out of time” vendió millones de placas. No solo por esto sino también por esa sensación única, de tan excitante casi morbosa, que es estar presenciando un show de una banda legendaria con la formación a pleno y en un gran momento, no creo que sea preferible ver a Queen con Paul Rodgers o a un Rod Stewart sexagenario grabando discos menos por convicción y creatividad que por vender, ventas, ventas, ventas y mas ventas.
La cuestión es que la segunda presentación de REM en Buenos Aires, ya habían estado en febrero de 2001, en el marco del Hot Festival, era de asistencia obligatoria y la banda nos deleito con un show de casi dos horas, fue ver en escena a una banda con un pasado luminoso, con un honorable presente con gran disco incluido y con un futuro ya de clásico asegurado. No falto nada: estuvieron los hits, sonó gran parte de “Accelerate”, disco que venían a presentar y también dieron su visión del proceso eleccionario norteamericano, con temas a favor de Barack Obama incluido, críticos de Bush obviamente. Más de cuarenta mil personas aclamaron por los de Athens y Michael Stipe, Peter Bucky, Mike Bills y Bill Berry les obsequiaron lo mejor de su arte. Fue un show de esos que con el correr de los años se agigantaran en nuestra memoria y que entrara en el status del orgullo personal por haber estado ahí junto al rock.

PERSONAL FEST 2008


Nada Personal

El sábado 1 de noviembre de 2008 se realizó la segunda jornada de la quinta edición del Personal Fest. Como ya es costumbre el Club Ciudad de Buenos Aires fue el lugar elegido para la cita. Desde muy temprano bandas locales desfilaron por los diversos escenarios bautizados con nombres acordes con el organizador del evento. Coiffeur a las 18 horas, con esa asquerosa puntualidad de este tipo de espectáculos subió al escenario para mostrar “lo suyo”, nada despreciable lo que tiene para mostrarnos Guillermo Alonso y sus lujosos acompañantes, solo pensar en Manza y Juan Stewart trae un interés particular en esta propuesta, uno de los artistas mas notables de la escena indie porteña, y no tanto, él es de Morón, comenzó su show con ciertos problemas de sonido, desperfecto que excedía a ellos y que con el correr de sus canciones fue mejorando. Actuación corta, efectiva y altamente disfrutable con un “playlist” que rápidamente fascinó al escaso público, un tanto por lo temprano y otro por el insoportable calor dentro de esa carpa, que estaba presenciando. Dos certezas: La primera es que cuando la propuesta artística es buena, rodearse de músicos magníficos no cuesta mucho, la imagen de Alonso tocando y cantando solo, mientras el resto de la banda cantaba la letra demuestra lo bien que la estaban pasando todos arriba del escenario. La otra es que la canción “¡Que mala suerte!” ya es un clásico que debería estar entre lo mejores temas nacionales de esta década.



Pasando a otro escenario, este al aire libre y con nombre de modelo de marca de aparatos móviles, y cuando el reloj marcaba las 19:30 horas, sí en punto, Onda Vaga hizo su aparición, la nueva banda del ex Doris, Nacho Rodríguez, con una propuesta acústica muy diferente a lo que hacia en su anterior agrupación. Onda Vaga esta lleno de calidez y canciones simples, ideal para escuchar en una tarde primaveral al aire libre. El punto alto es la búsqueda coral, los cinco integrantes cantan imprimiendo originalidad a una escena llena de clichés.


































En el mismo escenario, con la luna ya como invitada, Banda de Turistas, ya una realidad mas que una promesa, sorprendieron una vez mas arriba del escenario, ajustadísimos, con un repertorio retro pero a la vez moderno, algún recuerdo a Los Gatos (“El canto” y “Todo mió el otoño”), letras que respiran melomanía, bienvenidas sean, y con un vestuario muy cuidado, lejos de “me puse lo primero que encontré”. Los chicos son amados por la crítica especializada, y en el vivo demuestran que tienen mucho para dar y son aun más disfrutables que en su cuidado debut larga duración “Mágico Corazón Radiofónico”.